2+1= ¡Mucha leche! No hay nada mejor que tener a dos magníficos jinetes de pollas en pandilla sobre tu músculo de follar, a menos, claro, que tengas a tres guarrillas adictas a la lefa lamiendo, follando y chupando hasta la última gota de semen de tu palpitante herramienta eléctrica como si fueras el último hombre de la ciudad.