Esta preciosidad de ébano estaba deseando echar un polvo. Le pidió a su novio que le diera un poco y ¿quién iba a ser él para negarse? Se arrodilló para darle placer con la polla y luego se subió al sofá, donde él procedió a follársela en casi todas las posturas posibles hasta que estuvo a punto de estallar su semen sobre ella.